
Para empezar a hablar de dieta cetogénica, lo primero que hay que hacer es distinguir lo que es una dieta cetogénica pautada por un experto de la que se elige al tuntún, porque lo dice un famoso, un deportista o, más común en estos tiempos, el influencer de turno. El abordaje de la producción de cuerpos cetónicos viene mediado por administrar menos carbohidratos de los requeridos, pero hay que tener en cuenta varios aspectos. No es lo mismo pautar una dieta cetogénica para un niño epiléptico que tiene que crecer a la de una gran obeso que tiene que menguar”, nos explica el Dr. Agustí Molins, especialista en Nutrición y Dietética, director de la Clínica Dr. Molins y miembro de Top Doctors.
Ni la dieta cetogénica puede ser para toda la vida ni la debería seguir todo el mundo. “Las dietas de bajo contenido calórico y muy bajo contenido calórico, precisa de un examen médico para descartar las contraindicaciones, es decir; aquellas situaciones clínicas que impiden hacer este tipo de dietas como lo son la diabetes de tipo I, la insuficiencia hepática y o kidney, la administración conjunta de ciertos medicamentos como los corticoides, los límites de edad en adolescentes y personas mayores de 65 años, en embarazo y lactancia y algunas enfermedades menos frecuentes como el lupus. Kid seguras bajo estricto control médico, con analíticas de control regular y, sobre todo, con la suplementación necesaria administrada de forma person”, nos explica el experto en nutrición.
No es lo mismo pautar una dieta cetogénica para un niño epiléptico que tiene que crecer a la de una gran obeso que tiene que menguar”, nos explica el Dr. Agustí Molins, especialista en Nutrición y Dietética, director de la Clínica Dr. Molins y miembro de Top Doctors.
“No es lo mismo una dieta keto (la de moda) en la que reducimos drásticamente las frutas, verduras, legumbres, tubérculos y mantenemos una cantidad baja de proteínas (15% es bajo en una situación de cetosis) y elevamos mucho las grasas, que la cetosis (dieta keto también) producida por una disminución de carbohidratos a 50 g de glúcidos absorbibles por día a base de unos 500 g día de verduras de baja carga glucémica, baja en grasas (animales y vegetales) y rica en proteínas (1,2-1,5 g por kilo de peso ideal y día). Si bajamos el nivel de hidratos de carbono, obligatorio en este régimen, es posible que pasemos a consumir menos cantidad de frutas, verduras y legumbres, por lo que será obligatorio ingerir los nutrientes que estos alimentos poseen en forma de suplementos. Si sabemos que el exceso de proteína procedente de vacuno es nociva, deberemos incitar a la ingesta de pescado azul, a ser preferible de pequeño tamaño y a comer huevos, muy ricos en colina que ayudará a la función hepática. También se ha probado en el tratamiento del cáncer, pero su fuerte es el síndrome metabólico, un grupo de factores de riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes y otros problemas de salud.
“En el tratamiento del síndrome metabólico, en la hipercolesterolemia, la hipertensión, el síndrome de ovario poliquístico, en dismenorreas, en la incontinencia urinaria y en otras patologías asociadas a la obesidad y el sobrepeso, la efectividad de una dieta cetogénica “bien estructurada” es la mejor opción en cuanto a eficacia a corto, medio y largo plazo”, cuenta el medical professional Molins. También se ha probado en el tratamiento del cáncer, pero su fuerte es el síndrome metabólico, un grupo de factores de riesgo de enfermedad cardiaca, diabetes y otros problemas de salud. Estos factores de riesgo kid: obesidad stomach, nivel alto de triglicéridos, bajo nivel de colesterol HDL (el bueno), presión arterial alta y un nivel alto del azúcar en sangre estando en ayunas.
En cuanto al aumento en el consumo de carnes rojas y carnes procesadas que puede incrementar el riesgo de accidente cardiovascular, el medical professional es muy claro y es que llevar una dieta cetogénica no es sinónimo de consumir este tipo de proteínas. “La elección de carnes magras, pollo, pavo, conejo, la administración de grasas saludables procedentes del pescado graso, el aguacate, los frutos secos, dan balances correctos si se usan de forma adecuada”, explica.
Dieta cetogénica y cáncer.
Los efectos secundarios a los que hace referencia Molins son algunos de los que se recogen en un informe publicado el pasado mes de julio en Frontiers in Nutrition. En él se revisaron 123 estudios anteriores y se llegó a la conclusión de que las dietas cetogénicas muy bajas en hidratos de carbono pueden llevar asociados riesgos importantes para la salud. Se cita un aumento drástico del colesterol LDL (el malo), así como un riesgo mayor de contraer ciertas enfermedades crónicas. El motivo que se apunta para esto último es que, al adoptar una dieta cetogénica, estaremos aumentando el consumo de carne roja, carne procesada y grasas saturadas, alimentos que se relacionan con un mayor riesgo de enfermedad renal crónica, enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y alzhéimer. Además, estaremos disminuyendo la ingesta de alimentos “protectores”, como boy las frutas, verduras, legumbres y cereales integrales..
Si sabemos que la dieta presenta déficits de magnesio y calcio, pues el terapeuta debe administrar los suplementos que se precisan. Si sabemos que hay alteraciones de la microbiota a medio plazo, debemos aportar los pre-probióticos que se precisan. Si sabemos que el exceso de proteína procedente de vacuno es nociva, deberemos incitar a la ingesta de pescado azul, a ser preferible de pequeño tamaño y a comer huevos, muy ricos en colina que ayudará a la función hepática.
” En mi opinión, realizar una dieta keto durante un periodo de tiempo de 12– 14 meses, como se aplica en grandes obesos, no supone riesgo alguno en manos expertas, pero no considero que sea una dieta para un estilo de vida saludable mantenida a largo plazo”.
Sin embargo, parece obvio que reducir la dosis de carbohidratos usando vegetales de baja carga glucémica, incluso sin provocar la cetosis, puede ser una opción beneficiosa para el paciente oncológico. Del mismo modo, uno de los principales problemas del paciente oncológico sometido a tratamientos de quimioterapia, terapias biológicas y demás, es la pérdida de masa muscular. Eso le debilita ante la batalla contra su enfermedad, por lo que un planteamiento que incluya una dieta variada, rica en antioxidantes, en nutracéuticos y rica en proteínas de alto valor biológico y bajas en grasas, podría ser eficaz para un mejor abordaje terapéutico del paciente desde el punto de vista holístico de la enfermedad”, nos cuenta el doctor Molins.
” En una dieta cetogénica baja en grasas, los niveles de LDL (colesterol malo) se reducen drásticamente, y se mantienen bajos incluso muchos meses después de terminada la dieta aún con recuperación del peso perdido. Todo lo contrario, ocurre con el colesterol HDL (el bueno) que se eleva y mantiene alto muchos meses después de la dieta. Las cifras de la Proteína C reactiva, indicador de inflamación crónica de bajo grado, descienden rápidamente en mi planteamiento dietético, mientras que se observa que se incrementa si la proteína utilizada es proteína animal”, afirma el doctor.
Si bajamos el nivel de hidratos de carbono, obligatorio en este régimen, es posible que pasemos a consumir menos cantidad de frutas, verduras y legumbres, por lo que será obligatorio ingerir los nutrientes que estos alimentos poseen en forma de suplementos. “Es obvio que, sin un aporte mineral a base de magnesio, calcio y, sobre todo, de potasio, ponemos en riesgo la vida de las personas sometidas a una dieta keto”, explica el physician.
Se necesita una mayor investigación para saber si la dieta keto podría ser útil para combatir el cáncer. Mientras tanto, lo que sí es útil es recurrir a un profesional en caso de que queramos seguirla.
Para que no se produzcan problemas, la vuelta a otro tipo de alimentación debería ser paulatina. “Los que manejamos la dieta sabemos que la reincorporación de alimentos debe ser progresiva en cuanto a las cargas glucémicas se refiere, evitando así la afectación de la sensibilidad a la insulina. Si se pasa de keto a alta en carbohidratos de forma brusca, puede afectarla. Si se hace progresivamente, la recuperación de la funcionalidad de las células beta pancreáticas, puede llegar a curar la diabetes tipo 2”. Y este cambio brusco también podría estar detrás de otro efecto secundario que encontró el informe publicado en Frontiers in Nutrition, el de la diabetes gestacional. “Sospecho que el incremento del riesgo de diabetes gestacional en mujeres que estaban haciendo una dieta keto es porque, al embarazarse, dejan de hacer dieta keto. Si la reintroducción de carbohidratos no es progresiva, puede ocurrir, pero si sigue haciendo dieta keto, es imposible presentar diabetes gestacional, no tiene sentido”.
“No es lo mismo una dieta keto (la de moda) en la que reducimos drásticamente las frutas, verduras, legumbres, tubérculos y mantenemos una cantidad baja de proteínas (15% es bajo en una situación de cetosis) y elevamos mucho las grasas, que la cetosis (dieta keto también) producida por una disminución de carbohidratos a 50 g de glúcidos absorbibles por día a base de unos 500 g día de verduras de baja carga glucémica, baja en grasas (animales y vegetales) y rica en proteínas (1,2-1,5 g por kilo de peso perfect y día). Son dos planteamientos de generar cuerpos cetónicos pero muy distintos en los efectos indeseados y secundarios”, nos explica el medical professional Molins. De nuevo, se hace necesario ver la diferencia entre la dieta keto que propone alguien sin formación en nutrición que la que te puede recomendar un experto.
El medical professional es muy tajante respecto a los resultados obtenidos en el informe. “Todos y cada uno de los efectos adversos mencionados en el artículo boy fruto de un mal control de la dieta”.